Crónica de Waldemar Fontes
la vieja hormigonera... |
Quien
visita la Base Científica Antártica Artigas puede encontrar junto al moderno edificio de dos
plantas, una vieja mezcladora de
hormigón, que reposa sobre una plataforma, cual si estuviera lista para
trabajar.
Esa
hormigonera, sirvió para construir la base en sus primeros tiempos y fue
utilizada por primera vez por la dotación de 1987, dirigida por el Tte.Cnel Orosmán
Pereyra.
Las dotaciones anteriores, habían tenido que preparar la mezcla a mano y así habían
hecho los cimientos de la sala de radio y del alojamiento de personal, conocido
como “Wannigan 1”
En
1987, la base comenzó a tomar forma, construyéndose los pilares del comedor y
de otros edificios. En enero y febrero de ese año se construyó el sistema sanitario
para el tratamiento de las aguas servidas y para el transporte y almacenamiento
del agua potable, traída desde el Lago Uruguay.
Es
interesante leer lo que escribió Orosmán Pereyra acerca de la preparación del
cemento, en su libro “Uruguay y uruguayos en la Antártida” (Arca. Montevideo,
1994), donde cuenta los siguiente:
Para quienes
estábamos allí, significó una nueva e interesante experiencia la realización
del hormigón necesario para las bases de los pisos de las instalaciones y construcciones,
ya que aquí, el hormigón va mezclado con productos químicos especiales y agua
caliente para su fraguado perfecto.
Además, es
necesario esperar a que se presente el día más adecuado desde el punto de vista
de la temperatura, para que permita que el hormigón fragüe y no se congele
antes de que esto ocurra.
Este tipo de
tareas necesita de toda la mano de trabajo disponible en la Base, ya que se
requiere de mucha gente, ya sea para hacer el pedregullo en los días previos,
como para hacer el mismo hormigón en el momento más adecuado.
En esas
ocasiones, en que se realiza el hormigón, la Base se parece a una colmena, haciendo,
unos, fuego para calentar el agua, otros, alimentando la hormigonera, y otros más,
desparramando el material en un sitio indicado, adquiriendo la Base un ritmo de
trabajo vertiginoso en el cual todos están de una u otra manera ocupados y
concentrados en su labor.
Es que toda
esta tarea debe comenzarle y culminarse en una misma jornada. Todas estas actividades,
lo mismo que el armado de galpones y alojamientos prefabricados, contribuyó a
la mayor integración del personal de la dotación, que vio, una vez finalizadas
las obras, como un logro de todo el equipo, el levantamiento y surgimiento de
una nueva infraestructura de la Base.
Hemos
encontrado un par de fotos donde podemos ver a los miembros de la dotación de
1987, trabajando con la hormigonera, en ese momento nueva, pintada de color
verde.
La
dotación de 1987, empleando la hormigonera
Luego
de varios años de intenso trabajo, la vieja hormigonera dejó de ser usada y
quedó guardada en un galpón, herrumbrándose.
En el año 2000, recordamos haberla visto en el hangar, que en verano era empleado por el helicóptero de la Base, pero que en invierno servía como depósito de materiales y además como gimnasio. Por esa época todavía servía.
En
2007 cuando regresamos a la base, ya era un trasto herrumbrado. En el invierno previo a nuestra llegada, se
había demolido el “wannigan científico” y se habían acumulado desechos para
evacuar, por todas partes.
Por
allí nos encontramos a la vieja hormigonera, entre los hierros viejos,
esperando su turno para ser embarcada y retornada al Uruguay, donde sería
vendida como fierro viejo.
Entonces,
se nos ocurrió ¿por qué no rescatarla? Era un testimonio vivo de los esforzados
trabajos de construcción de la base y si la evacuaban, desaparecería…
Junto
a la casa del jefe, había quedado una plataforma de hormigón, que había servido
de apoyo a una antena de recepción de TV, que había estado instalada allí entre
1996 y 2003. ¿qué mejor lugar que ese, para ubicar la vieja hormigonera? Allí podría lucir como un monumento
recordatorio de los pioneros y quedaría preservada.
Seguramente,
esa plataforma de hormigón fue construida con su trabajo, así que eso le daba
más mérito.
Al
principio, nadie le hacía caso y algunos preguntaban por esa cosa vieja,
mirándola con desprecio. Pero de a poco,
se empezó a tomar conciencia de su valor testimonial y cuando el moderno
edificio que reemplazó al antiguo "wannigan científico", fue pintado con los
colores de la bandera y el sol, la vieja hormigonera adquirió nuevo
protagonismo.
la vieja hormigonera, en 2012 Foto de Gabriela Rufener |
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Proyecto:
Crónicas del
Uruguay y la Antártida
En esta obra se relatan en
forma de crónicas, historias y hechos que vinculan al Uruguay con la Antártida.
Escrito por Waldemar Fontes –
http://lodewafo.blogspot.com/
con el apoyo de la Asociación Civil Antarkos
Muy buen ejemplo que las generaciones que nos siguen sepan que las cosas se hacian gracias aquellas maquinas manos pioneras que con mucho esfuerzo se puso manos a la obra , detras de cada herramienta hay una historia de vida .saludos desde cordoba argentina julio torres
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