Viggo Holt, un uruguayo en la Expedición Wilkins-Hearst a la Antártida de 1928
En 1928, llegaba a Montevideo la expedición Wilkins-Hearst, la primera expedición que empleara el medio aéreo en la Antártida.
Como
en otras ocasiones, nuestro territorio sirvió de base logística, para una nueva
expedición y en esta ocasión no solo se brindó apoyo, sino que un
uruguayo participó de la misma.
El
afortunado expedicionario, fue el telegrafista Viggo Holt, nacido en Dinamarca,
pero afincado en Uruguay desde muy pequeño.
Viggo
Holt, logró ir a la Antártida, pero para ser seleccionado debió competir con
otro telegrafista uruguayo, Don Valerio Durañona quien se ofreció a participar
también.
Al respecto, destacamos la investigación realizada por la
historiadora Cristina Montalbán, que presentara el IX Encuentro de Historiadores
Antárticos Iberoamericanos, celebrado en Lima, Perú, en 2005 y luego publicado
en el libro “Esbozando la historia antártica latinoamericana” (LW Editorial,
Chile, 2013) donde recopila información sobre su vida familiar, accediendo a
los relatos manuscritos de Holt, titulados “Cinco Hombres al Polo Sur” y “La Gran
Aventura”.
De esta investigación de C. Montalbán y de otras fuentes, hemos recopilado información para esta crónica.
Viggo
Holt había llegado a nuestras costas muy pequeño, donde su madre viuda se casó
en segundas nupcias con el proveedor marítimo Otto Olsen Böje. Había embarcado a
los 14 años como grumete en el buque
noruego “Nordking”, donde navegó por cuatro años.
A
los 18, había desembarcado en Copenhague, estudiando la carrera de
radiotelegrafista, tras lo cual sirvió otros 4 años en buques suecos y noruegos,
hasta que regresó a Montevideo.
Según
surge de sus manuscritos, en 1928 estaba buscando trabajo, tal vez en un buque
donde embarcar como radio operador, así que cuando circuló el anuncio publicado
por el representante de la Agencia Naviera Gordon Firing, que abastecía a
Wilkins, sus conocidos lo llamaron y le ofrecieron el trabajo.
Parece
que Holt no tomó en serio el ofrecimiento, respondiendo que “allí haría mucho frío”, pero al pensarlo
mejor, decidió ir al Hotel donde se alojaba Wilkins, para entrevistarse con el
expedicionario,
Wilkins
al enterarse de su experiencia y de su dominio de los idiomas escandinavos,
además del inglés y el español, no debió dudar en contratarlo, aunque no lo
manifestó enseguida.
El hecho de que no se confirmara la contratación de manera pública, dio lugar a que otros postulantes se siguieran presentando, siendo el más notorio el caso de don Valerio Durañona- quien fue mencionado en un artículo de la revista “Caras y Caretas” como viajando con la expedición hacia el Polo Sur… lo que motivó que escribiera varias cartas a los medios que habían difundido esa errónea información, expresando allí su desilusión por no haber sido elegido, pero también el mantener su postulación para otras expediciones si las hubiera.
Al
partir la expedición, Viggo Holt prometió a los reporteros que dentro de lo
posible, mandaría noticias de la marcha de los acontecimientos.
En
la Revista “Mundo Uruguayo”, se fueron publicando crónicas y noticias de la
expedición que partió en el buque “Hektoria” el que llegó a la Isla Decepción
el 6 de diciembre de 1928, descargando las provisiones y los aviones.
A
su llegada a la Isla Decepción, Holt anotaba que observó algunas focas y miles
de pingüinos, refieriéndose a ellos como “amigos de todos los exploradores
antárticos”, que parecían pasear “con su vestimenta de frac”.
Sus
comentarios mencionan la impresión que le causó, el viento frío y los
frecuentes temporales que levantaban la nieve que golpeaba. “como un látigo”.
Bajo ese clima, los cinco hombres, prepararon las pistas para el despegue de los
aviones, hasta que por fin pudieron emplearlos
En
la expedición, Holt se ocupaba de las comunicaciones y en sus relatos detalló que
su tarea consistía en constatar el buen funcionamiento de los “dos
pequeños transmisores de emergencia con dínamos montados sobre rulemanes y
accionados a mano” los que funcionaron muy bien durante toda la campaña.
Holt
escribió que todas las mañanas recogía las noticias de la Estación San
Francisco Examiner K.U.P, “para estar al tanto de lo que ocurría en el mundo”,
varias veces se había puesto en comunicación con la expedición de Byrd, con la
estación Tromsoe y con la I.G.N. –ambas noruegas- interceptando y transmitiendo
mensajes sin ningún inconveniente.
Explicaba
además, que había enviado un mensaje de prensa de 3000 palabras, sin repetir
ninguna, ¡obteniendo respuesta a los 15 minutos!.
También
mencionaba que había logrado captar música, con un receptor de onda corta de
tres válvulas y que había captado transmisiones desde Buenos Aires, mediante un
receptor Marconi de onda corta, al que le había cambiado las bobinas por las de
onda larga.
Esto,
más la eficiencia en las comunicaciones internas de la expedición , le valieron
el aprecio de Wilkins, quien escribió una nota en la Isla Decepción fecha 30 de
enero de 1929, destacando la calidad de su trabajo y planteando su esperanza
que volviera a formar parte del equipo en el siguiente año, cuando se
continuaría la expedición.
En
Marzo de 1929, en una nota publicad en la Revista “Mundo Uruguayo”, Holt
corroboró que volvería a integrar el equipo de Wilkins en la temporada 1929-30.
Al finalizar la segunda campaña, Holt recibió una nueva nota de Wilkins donde le agradecía su desempeño y expresaba su intención de continuar requiriendo sus servicios si se presentaba la ocasión.
Al regresar a Montevideo, Viggo
Holt continuó durante más de diez años, con su profesión de radiotelegrafista
de buques.
En
1943, se casó con Elsa Ravenna, con la que tuvo tres hijos: Ingrid, Christian y
Elsa y pasó a encargarse del negocio familiar de proveeduría marítima.
Referencias:
Desde el Puerto de Montevideo a la Conquista de la Antártica,
por Tte. 1º (AV.) (R) JUAN MARURI, FAU.
Una Fuente uruguaya inédita en la primera expedición aérea antártica.
Por Lic. Cristina Montalbán
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Proyecto:
Crónicas del Uruguay y la Antártida
En esta obra se relatan en forma de crónicas, historias y hechos que vinculan al Uruguay con la Antártida.
Escrito por Waldemar Fontes – http://lodewafo.blogspot.com/
con el apoyo de la Asociación Civil Antarkos
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