La Ballena que espía, no era la mía,
Por Waldemar Fontes
Griselda era una ballena espía
Nadaba por el mar del Norte silenciosamente.
Llevaba en su cabeza un gran telescopio.
Miraba las estrellas y decía
Esta brilla mucho y es mía
Esa es muy bonita y es para tí.
Espiando, se fue a Noruega y
Desde allí muchos barcos espió.
De tanto espiar, se chocó con una roca,
la cabeza se golpeó; y eso, eso ¡no le gustó!
Nadando de nuevo al mar se metió.
y dijo: ¡Ya no quiero
más espiar!
Ya no quiero más espiar, A mi casa me voy ¡a jugar!
y al mar austral, ella volvió y por allí, se quedó,
se quedó,
diciendo ya no soy la ballena que espía
Ya, no… ya no lo soy
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