Finalizando la invernada de 2007, un extraño suceso afectó a la Base Artigas: una invasión de elefantes marinos...
Decía la crónica de la edición número 12 del periódico Antarkos 23 de fecha 7 de noviembre de 2007:
Coincidiendo con la noche de Halloween un elefante marino, asustó a los habitantes de la BCAA exigiendo caramelos. Como no se los dieron, porque no lo permite el Protocolo de Protección Ambiental, el animal se enfureció y atacó las únicas cañerías que quedaban sanas en la Base Artigas.
El vigoroso animal, que puede llegar a pesar 3000 kgs. podría haber mordido a alguno de los troperos que lo guiaron hacia el mar, luego que se cansó de destrozar cañerías.
Esta mordedura, podría contagiar la enfermedad de la gordura antártica, que se trasmite a los humanos por dos vías: por contacto estrecho con elefantes marinos o por comer en exceso.
En vista de los resultados de la última pesada, el kilaje promedio de la dotación se mantiene en alza y causa alarma entre las autoridades sanitarias, que un brote de gordura pudiera estallar en el último mes.
Para evitar una epidemia de gordura antártica se está planeando vacunar a la dotación y el payaso Malaonda se ofreció para pincharnos.
Se mantiene una vigilancia costera para evitar nuevos ingresos de elefantes marinos.
por Waldemar Fontes "Albatros"
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