sábado, 14 de abril de 2018

Antecedentes de la fundación de la Base Artigas - parte 1


La denominación “Base Artigas” fue empleada por el Profesor Julio C. Musso en 1962, pero la idea de instalar una base antártica uruguaya, ya era manejando por el Capitán de Navío Carlos Travieso en los años 1954-1955.

En diciembre de 1984, Uruguay estableció su primera base en la Antártida, la Base Científica Antártica Artigas, pero para llegar a esa concreción, fue necesario recorrer un largo camino…


Antecedentes de la fundación de la Base Artigas
por Waldemar Fontes

Esta crónica fue preparada para “Proyección a la Antártida” del programa Proa al Mar del sábado 14 de abril de 2018, que se trasmite por Radio Uruguay.

En diciembre de 1984, Uruguay estableció su primera base en la Antártida, la Base Científica Antártica Artigas, pero para llegar a esa concreción, fue necesario recorrer un largo camino…

La denominación “Base Artigas” fue empleada por el Profesor Julio C. Musso en 1962, pero la idea de instalar una base antártica uruguaya, ya era manejando por el Capitán de Navío Carlos Travieso en los años 1954-1955. 


Travieso, fue precursor en el planteo de los posibles derechos de Uruguay sobre la Antártida, escribiendo mucho al respecto, con el seudónimo “marinante”. Esas notas y apuntes, fueron luego publicados en el libro “Geopolítica Atlanto – Antártida y de la Cuenca del Plata”, del que extraemos algunos párrafos:

MEMORANDUM (del CN Travieso) AL SR. INSPECTOR GENERAL DE MARINA, del 13 de enero de 1954.-

En pro de la instalación de una estación meteorológica, de costo ínfimo, en la Antártida. Oportunidad Única, que nos brinda la situación mundial y los Tratados que hemos suscrito, de reservarnos para el futuro, un inmenso e invalorable territorio fuente de trabajo y bienestar. Desaprovechar tal oportunidad - olvidando violatoriamente nuestros compromisos-, afectaría nuestro futuro y viabilidad como Nación Independiente. Todos los problemas técnico-económicos, podría resolverlos la Armada con muy poco más de los rubros para ella previstos, si nos decidiésemos por la empresa -cuantiosas ganancias a corto plazo y prestigio para quienes realizasen la idea…

Complementando ese Memorando, agrega una carta que le escribiera al Agregado Naval de los EE.UU. C/F Edward Hoffman, el 9 de setiembre de 1955, donde decía:

De años atrás he venido realizando gestiones ante nuestras autoridades, para que se instalase, en forma permanente, una estación meteorológica en la Antártida, que contribuiría eficazmente al mejor conocimiento del clima del Atlántico Sur, y a las predicciones de más largo alcance y eficacia para la navegación; deparándonos también otras ventajas de orden político y de seguridad colectiva.-

Entre estas últimas estaría que, al reivindicar para nuestro país el sector - Atlántico de la Antártida, contiguo al que reclama la República Argentina (del 25ºW al 74ºW), …

Frente a todo ello, y dada la feliz contingencia de la estrecha amistad y comunidad de ideales entre nuestras respectivas Patrias,… me permito molestar su atención para solicitarle - se me ocurre por "préstamo y arriendo"-, para adquirir una estación meteorológica, completa para participar en el año Geofísico Internacional, en la Antártida.-

Agradecería igualmente se me indicase la posibilidad de obtener - y los precios correspondientes-, elementos complementarios indispensables para la locomoción sobre el hielo, y a ser posible también una estación trasmisora que diese información meteorológica, automáticamente, durante la noche polar…


La idea del Capitán Travieso, no pudo concretarse, y el 19 de mayo de 1961, el Profesor Julio César Musso, publicaba en el Diario "La Mañana", una nota titulada “Ubicación de la Base Artigas, en Tierra de Coats” donde se lamentaba de las dilaciones del Estado uruguayo en tomar una decisión sobre los derechos que le corresponderían en la Antártida, expresando lo siguiente: 
Despejamos nebulosas en torno al trazado geográfico de la ubicación del territorio soberano de Uruguay en la Antártida; dicho territorio está debidamente definido tomando como eje el Paralelo 55º que cruza la República y próximo a Montevideo, trazando ruta hacia el sur, atravesando el Estrecho de Drake e internándose, a partir del meridiano 60º y al este de las Islas Falkland, haciendo la primera escala en las Islas Orcadas del Sur, continuando luego la navegación hasta internarse en el Mar de Wedell y en cuya culata, al fondo luego de atravesar la barrera de hielos, se escala en el Continente Antártico, en el campo de hielo de Filchener, ubicando en dicho territorio la Estación y Base ARTIGAS.

A los pocos meses, en el primer número de la Revista Antártida Uruguaya, publicada en junio de 1962, el Profesor Musso, proponía organizar la primera expedición científica uruguaya al Continente Antártico, para establecer una estación de observación meteorológica, electromagnética, de radiocomunicaciones y de estudios oceanográficos.



El Capitán Travieso, continuó su prédica, planteando una ubicación alternativa para establecer una estación meteorológica uruguaya en un área que asegurara derechos sobre zonas antárticas, no reclamadas por Argentina, Chile o el Reino Unido, encontrando que la desolada Isla Bouvet, podría ser el lugar ideal para esa instalación, expresando el 29 de enero de 1968, en una mesa redonda trasmitida por televisión, la importancia de reivindicar nuestros derechos históricos, aunque sin generar conflicto con los países hermanos que ya tenían disputas territoriales en la Antártida, por lo que sugería que se podría instalar una estación meteorológica en la Isla Bouvet, “sita en zona templada-fría, con acceso por mar y aire en toda época del año y sin noche polar”. Puntualizando que allí debería estar nuestro punto de partida para estudiar “nuestro sector” en la Antártida.

A fines de 1979, Uruguay, estaba en vías de suscribir el Tratado Antártico y los medios de prensa se hacían eco del acontecimiento. Ya oficializado el IAU, el Profesor Musso había quedado desvinculado de la actividad antártica oficial, pero su vehemencia no le permitía guardar silencio y seguía dando notas a la prensa.

En particular, es interesante destacar una nota de El Día titulada “cuatro opciones nacionales en la Antártida”, donde Musso, analizando las obligaciones que debería asumir el país, hablaba de la instalación de la futura Base Artigas y respondía a la pregunta de la periodista Olga Alfonso, acerca de ¿Cuáles serían los aspectos esenciales de nuestra presencia y radicación en la Antártida?, diciendo:

Toda radicación científica en la Antártida, reúne dos aspectos fundamentales: 1) acierto en la ubicación de la Estación, aunque fuere temporal, con facilidades probadas de acceso y salida expedicionaria, y 2) utilidad integral de la misma para la comunidad que opere activamente en el área…

En relación con el primer punto, siempre fue aspiración radicar la Estación "José Artigas" en el área territorial sólida de Cabo Norvegia, el cual constituye portal para la navegación por los canales existentes al sur de la Gran Barrera de hielos del mar de Weddell, hasta el Cabo Adams, en la culata del referido mar y a oriente de la Península Antártica.



Con respecto al segundo punto, dice el Prof. Musso, que se hace necesario y con carácter prioritario, establecer depósitos de maniobra en la citada Estación, para reserva de combustibles sólidos y líquidos que constantemente requieren las expediciones y estaciones allí radicadas. ANCAP y las empresas petroleras que operan en Uruguay, tienen una opción de bunker en el área que se hace imposible ignorar. Radicación y utilidad están pues, hermanadas. Esta es la primera opción que tiene Uruguay.

En las otras opciones que Musso detallaba en la entrevista, mencionaba la necesaria capacidad de navegación que se debería tener para abastecer esa base, considerando la Isla Bouvet, como una escala obligada de esas travesías, además de considerar otros aspectos como la logística necesaria para su funcionamiento y la premura de tiempo para cumplir con los compromisos que permitirían “acreditar competencia plena para participar en las Reuniones Consultivas del Tratado”.

Pasaron los años y las visiones del Capitán Travieso o las del Profesor Musso, quedaron perdidas y olvidadas. 

En 1980 se concretó el ingreso de Uruguay al Tratado Antártico y la aceptación de la normativa que ello implicaba, hizo que se tomaran otros rumbos, aunque las ideas, siguen estando allí latentes y quien sabe, algún día podrían ser retomadas y llevadas a cabo, respetando las reclamaciones de otros si, como ambos visionarios lo plantearon siempre, pero también haciendo valer los derechos, que ellos supieron proclamar.

Los invitamos a leer la segunda parte de esta crónica

Referencias
Ponencia: “Antecedentes de la fundaciónde la Base Artigas” por Waldemar Fontes, presentada en el XIII Encuentro de Historiadores Antárticos Latinoamericanos, realizado en Ushuaia, Argentina, del 28 al 30 de octubre de 2013.

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